En
este caso, algo tan sencillo como separarlas cuando las recibimos por
proveedor (si son compras) o acreedor (si son gastos) y dentro de cada
uno de ellos ordenarlas por fecha y número nos ayudará a detectar si nos
falta alguna (como puede ser un alquiler, una factura de luz, etc.) y
poder hacer la gestión para tenerla y poder deducirnos el gasto y el
I.V.A. soportado por la misma en el trimestre que corresponde, evitando
pagar de más porque nos falten facturas.
Igualmente,
nos ayudará en su contabilización o a la hora de llevarlas a la
asesoría (según el caso), al tiempo que ahorraremos dinero al ser más
ágil su introducción.