Lo primero será revisar nuestro balance (clientes, proveedores, partidas pendientes de aplicación, etc.) y empezar a "limpiar".
Cobrar los saldos pendientes de clientes demorados para que al 31/12 el saldo de éstos no contenga pendiente de cobro antiguo, al tiempo que mejorar nuestra tesorería con esos cobros "olvidados".
Comprobar que las cuentas de proveedores de nuestra contabilidad CUADRAN. En según qué casos, no estará de más pedirles que nos faciliten su mayor para realizar la conciliación y poder solicitar aquella factura que no tenemos, etc. etc.
Revisar todos esos apuntes que hemos ido dejando en "partidas pendientes de aplicación" y "limpiarla a fondo", de forma que no tenga apuntes por aclarar al cierre.
Preparar todas aquellas otras acciones que ayuden a mejorar nuestro cierre: que no existan saldos negativos en bancos (si es posible), que la cuenta de caja refleje un saldo real y lógico, actualizar nuestro inventario, etc.
En la próxima entrada analizaremos la preparación de la apertura del ejercicio, las cuentas que necesitamos para que nuestra contabilidad nos dé la mayor y más clara información de la forma más fácil.
